Ayudante para todo

Hay una época cuando los niños son pequeños – o al menos esa es mi experiencia con mis dos hijos –  en que tienes en casa un «ayudante para todo».  La pena es que con el paso del tiempo esa buena predisposición probablemente decaiga un poco.

Mi hijo pequeño lleva ya un tiempo que se desvive por ayudarte.  Si ha terminado la lavadora te avisa y abre la puerta, te ayuda a sacar la ropa y te la va dando para que la tiendas, pretende sacar el lavavajillas, te avisa si suena el teléfono fijo o el móvil y también cuando termina de calentarse algo en el microondas. Últimamente, cuando me cambio de ropa al llegar a casa, en muchas ocasiones me va dando las prendas para que me las vayas poniendo. La verdad es que está muy gracioso y muestra tanto interés, que está para comérselo.

Confieso que a veces me estresa un poco. ¡Pobrecito! si lo hace con la mejor de las intenciones. No quiero parecer desagradecida. Lo que ocurre es que, por ejemplo, cuando empieza a sacar la ropa de la lavadora, lógicamente, y dada su edad, la arrastra por el suelo… y la verdad, por limpio que esté el suelo de la cocina, que lo está, no deja de ser el suelo por el que pisas y la ropa está limpia y mojada… Así que al principio le decía «no, déjalo, muchas gracias». Él no se daba por aludido y continuaba «ayudándome». Yo corría cada vez que preveía que, por el tamaño de la prenda que sacaba, la iba a arrastrar. Así que probablemente la situación era algo cómica. No sé qué pasaría por esa «cabecita», pero, probablemente pensaría que su madre hacía unas cosas muy raras… Además, él saca la ropa de la lavadora mucho más deprisa de lo que a mí me da tiempo a tender, así que al final se va formando una montaña de ropa encima del tendedero.

En el lavavajillas no dejo que me ayude, por motivos obvios. A veces se me adelanta y ya le tengo con un plato o un vaso en la mano que corro a quitárselo para que no quepa la posibilidad de que se le caiga. También me da miedo que coja algún cuchillo y se corte.

Lo del aviso cuando suena el teléfono resulta verdaderamente útil, porque, en ocasiones, si hay ruido y estoy en la otra punta de la casa no lo oigo. Con el microondas se desespera si no sacas el recipiente en el mismo momento que él te avisa, y te insiste hasta que le haces caso.

En cuanto a la ropa, me hace mucha gracia, porque si la dejas encima de la cama te la va dando y tienes que cogérsela en ese mismo instante, claro, aunque tengas las manos ocupadas precisamente en quitarte la que llevas puesta. Así que la cojo y la dejo más próxima a mí de lo que estaba cuando él la cogió, ya que en ese momento no me la puedo poner por no haberme quitado la que llevo puesta. Con las zapatillas de estar por casa hace lo mismo, enseguida me las da. No me gusta que las coja porque lo hace tocando la suela, y aunque solo piso con ellas dentro de casa, no me gusta que las toque, pero vamos, es tan rápido, que imposible pararle.

Así es que he decidido relajarme. Trato de sacar la lavadora cuando él no me ve para que no arrastre la ropa por el suelo. Pero si cuento con su ayuda, tampoco me estreso. He llegado a la conclusión de que es mejor que quede claro mi agradecimiento a su ayuda y fomentar que tiene que ayudar en casa a mis desvelos porque no arrastre las prendas. Además, se le ve tan satisfecho cuando termina. Es como si pensase: «qué mayor soy, cuánto ayudo y qué bien he trabajado». Y por otro lado es verdad, porque la intención es lo que cuenta ¿no? ¡Gracias peque!

4 comentarios en “Ayudante para todo

  1. Ya hace un año de este post, ¿Cómo ha evolucionado el peque?
    A mi me pasó con los 3, a cierta edad estaban más que dispuestos, cada uno de ellos ha tenido su escobita, barrían y recogían, MiBeba me ayudaba a lavar trastes, Mija limpiaba con paño húmedo sus juguetes y MiNene ha salido el más colaborador, lava trastes, ayuda con la ropa de la lavadora (igual que tu peque), saca la basura, barre… todo lo que le es posible a sus tres añitos. Con las primeras cometí el error de decirles: «Deja, deja, yo me encargo»; ahora no quieren ayudar y si lo hacen es con condición 😦

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  2. Sigue interesado en ayudar, que es buena señal. Continúa ayudándonos avisando del teléfono y del microondas. Lo de darte la ropa para que te la pongas ya no lo hace. Ha asumido bastante que el lavavajillas preferimos que no lo toque. En cuanto a la lavadora, muestra más interés en meter la ropa que en sacarla, aunque a sacarla también ayuda. Por las mañanas se empeña en meter su pijama en la lavadora, esté sucio o no y por él la pondría en ese mismo momento, aunque no haya nada más dentro (tenemos un cesto para la ropa sucia en la terracita de la cocina, por lo que salvo que vayas a poner la lavadora en ese momento o justo esté para sacar la ropa limpia, la lavadora siempre que no está en funcionamiento está vacía). Me ayuda dando a los botones para poner la lavadora cuando ya está para encender. En lo que se refiere a nuevas funciones, nos cuesta mucho que recoja sus juguetes, que se expanden a una velocidad vertiginosa. Cuando era más pequeña, su hermana tenía un carrito de limpieza de juguete y en cuanto el peque empezó a manipular las cosas, lo retiramos porque nos daba miedo que se clavase los palos o que le hiciese daño a su hermana sin querer. A día de hoy todavía no lo hemos sacado porque, pese a sus dos años y ocho meses largos, es un poco «brutote» y tendría mucho peligro con ellos (no sé cuantos mandobles le habrá dado ya a la tele). La aspiradora le llama mucho la atención y trata de ayudar siempre.
    La verdad es que mi hija mayor tenía mucho más interés por ayudar antes que ahora, aunque no me puedo quejar porque ordena juguetes y libros y si le pides ayuda para algo en concreto suele prestártela. Le llama la atención ayudar en la cocina y recientemente ha aprendido a batir huevos para hacer tortillas.
    Qué bien lo de tu hijo MiNene, espero que no decaiga su interés.

    Un abrazo

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  3. ¡Que encanto tu peque! Igual yo batallo para que recoja sus juguetes, él solito hace más tiradero que sus dos hermanas juntas, pero a veces tiene ganas y te dice muy orgulloso: ¡Los recogí yo solito! 😀
    Pero bueno, dicen por ahí que el desorden es de mentes brillantes… así que nos conformamos mientras agarren la onda de que deben tener ordenado.
    Un abrazo para tí también 😀

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